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domingo, 16 de octubre de 2011

Quizás mañana mi barca se irá detrás de aquel viento que la hizo llegar, y con ese viento también yo me iré, detrás de esa barca para siempre tal vez. Como soñándote a mar abierta, con la tormenta y frío en mi voz, gritaré tu nombre, por más que no pueda yo ni hablar, y me hundiré en mi soledad.

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